Político iraquí. Estudió en las universidades de
Bagdad y El Cairo, y en 1957 se afilió al Partido Baas. Su radicalismo
nacionalista lo llevó a atentar contra la vida de Abd-el-Karim Kassem (1959),
por lo que hubo de exiliarse durante cuatro años. De regreso en su país,
continuó con su actividad política y en 1968 tomó parte en el golpe de Estado
baasista encabezado por el general Ahmad Hassam al-Bakr, de quien se convirtió
en hombre de confianza. Como vicepresidente del Consejo de la Revolución se mantuvo
en segundo plano hasta 1979, cuando fue nombrado presidente de la República. Al año siguiente, con el propósito de eliminar la
amenaza de Jomeini, atacó a Irán, lo que desencadenó la guerra con este país.
Tras ocho años de cruento conflicto, un Irán desgarrado aceptó el armisticio de
las Naciones Unidas e Irak se declaró vencedor.
En 1990 Saddam Hussein, tras solicitar en vano un
aumento del precio del petróleo que le hubiese reportado las divisas necesarias
para paliar la difícil situación económica, invadió Kuwait reclamando antiguos
derechos sobre su territorio. Tal violación del derecho internacional provocó
la condena de las potencias occidentales, que vieron peligrar además sus
intereses económicos y estratégicos en la zona.
La crisis desembocó en la llamada guerra del Golfo,
en la que fuerzas internacionales obligaron al ejército iraquí a retirarse, y
las Naciones Unidas impusieron un boicot total que afectó gravemente a la
economía iraquí y a las condiciones de vida del pueblo. Sin embargo, Saddam
Hussein aún se revolvió contra los kurdos en el norte y los chiíes en el sur, y
sólo las amenazas internacionales lograron disuadirlo de proseguir con su
propósito. Los informes de la CIA asegurando la existencia de
fábricas y arsenales de armas químicas y bacteriológicas en Irak motivaron el
envío de comisiones de desarme de la ONU, cuyo trabajo, entorpecido por las
autoridades iraquíes, dio origen a periódicas crisis internacionales y,
finalmente, a la retirada de los observadores de Naciones Unidas en 1998.
En el contexto de la lucha internacional contra el
terrorismo que lideró el presidente George W. Bush tras los atentados del 11 de
septiembre de 2001, el régimen de Hussein se convirtió en uno de los objetivos
prioritarios de la Administración estadounidense. Liquidado el régimen talibán
en Afganistán, Estados Unidos apuntó su maquinaria bélica hacia Bagdad y
Hussein debió aceptar el retorno de los inspectores de la ONU (noviembre de
2002), e inició la destrucción de sus misiles de alcance medio en un intento de
frenar la anunciada ofensiva
Referencias:
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hussein.htm
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